De la ironía del Peugeot a resquebrajar los cimientos del Gobierno: la historia de un viaje 'imposible'
Con su viejo vehículo, en 2016 Sánchez emprendió la reconquista de la directiva del Partido Socialista que le permitió convertirse en presidente del Gobierno. Paradójicamente, sus compañeros de viaje entonces ocupan el protagonismo de la corrupción ahora.

Las calles áridas de las castillas rodeaban al viejo Peugeot 407 del 2005 que transitaba por el asfalto en una interminable suma de kilómetros. Encomendado a una 'misión imposible', en su interior, un joven Pedro Sánchez recorría el camino de volver a alzarse con la Secretaría General del Partido Socialista después de ser defenestrado de la formación por su famoso 'No es no' a la investidura de Mariano Rajoy. Sin embargo, al igual que en las películas de Tom Cruise, la aventura no la emprendería solo. Con él, José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García —quien sería chófer durante el viaje por el norte del país— conformarían el equipo de la remontada; un viaje de amigos que paradójicamente ahora, nueve años después, está salpicado por presunta corrupción por cobro de comisiones y mordidas de contrataciones públicas.
"A partir del lunes cojo mi coche para recorrer de nuevo todos los rincones de España y escuchar a aquellos que no han sido escuchados, los militantes y los votantes de izquierdas de nuestro país", decía después de dimitir como líder socialista y entregar su acta de diputado. Corría el año 2016 cuando muchos dieron por muerto —por primera vez— a Sánchez. Pese a ello, este no era más que el inicio de un viaje, uno que hasta la fecha ha terminado con decepciones y traiciones, con citaciones del Tribunal Supremo e informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, con amistades rotas y una crisis en el Gobierno con dimensiones impredecibles por ahora.
Pueblo a pueblo, ciudad a ciudad y sede socialista tras sede, los cuatro amigos lograron ir ganando terreno y convenciendo a los descontentos. Una hazaña que sobre el papel era poco factible, pero que terminó por consolidarse en las primarias de junio de 2017, donde emergió la rivalidad frente a la 'vieja guardia' del PSOE encabezada por Susana Díaz. Dado por hecho que era la favorita para coger el mando del partido, lo inesperado acabaría sucediendo: Sánchez obtuvo más de un 50% de los apoyos y se alzó, de nuevo, en la Secretaría General.
En ese momento, el 'equipo Peugeot' también fue clave para el éxito del líder socialista. Koldo García —indultado por José María Aznar en 1996 por una paliza e investigado por malos tratos—fue el encargado de cuidar los avales de la candidatura ganadora las dos noches previas y fue Santos Cerdán el que los entregaría. En la imagen del éxito, a la derecha de Sánchez se encuentra Ábalos y a su izquierda, Cerdán. Los dos últimos secretarios de Organización del partido.

Con un mensaje implacable contra la corrupción, Sánchez terminó anunciando una moción de censura en 2018, una vez conocida la sentencia de la Gürtel que colocaba al Partido Popular de Mariano Rajoy como una "organización hecha para delinquir". "Esta es una moción de censura para recuperar la dignidad de nuestra democracia. El Estado tiene que tener un Gobierno con fortaleza y autoridad moral. Han engañado a la ciudadanía durante mucho tiempo", aseguró entonces el secretario de Organización del Partido Socialista, José Luis Ábalos, que fue precisamente el que presentó la moción en el Congreso de los Diputados. "La corrupción destruye la fe en las instituciones, y más aún en la política, cuando no hay una reacción firme desde el terreno de la ejemplaridad", decía Sánchez precisamente en la moción que le convertiría en presidente del Gobierno.
Las sospechas de la corrupción empezaron a resonar levemente en 2021, cuando Ábalos fue expulsado del ministerio de Transportes sin motivo aparente y también dejó la Secretaría de Organización del PSOE a tan sólo tres meses del 40º Congreso Federal del partido. Según afirma el informe de la UCO al que ha tenido acceso El HuffPost, y que fue desvelado el pasado jueves, esta decisión podría haber sido por "el hecho de que Koldo y Ábalos hubieran podido percibir ingresos por ayudar a otras empresas a espaldas del partido, lo que, presumiblemente, habría originado el cese".
Ábalos fue la primera ficha de dominó que cayó del entramado que ocupa ahora toda la actualidad política acerca de las comisiones y mordidas de tres de los cuatro pasajeros de aquel Peugeot. Tras el cese de todos los cargos, Santos Cerdán se convirtió en el nuevo secretario de Organización del PSOE y él mismo rescató a Ábalos para las elecciones del 23-J. Previo a esos comicios y después de los mismos, Cerdán se convirtió en figura clave de la acción de Gobierno, mano derecha y confidente del presidente del Gobierno. Durante su estancia, antes de que dimitiera el pasado jueves, fue esencial para que se hiciera la efectiva la moción de censura a Rajoy, negociando con el PNV; y más recientemente, donde ha sido el único encargado de hablar con Puigdemont en Bruselas para conseguir el actual respaldo de Junts en la legislatura.
Los rumores aumentaban sin cesar, Ábalos terminó en el Grupo Mixto expulsado por el PSOE tras el estallido del conocido como 'caso Koldo' y el informe de la UCO amenazaba con salir haciendo tambalear la estructura del partido. El miércoles pasado, la Cadena SER informaba de una conversación entre Cerdán y Koldo, el que fuera exasesor de Ábalos durante la etapa del Ministerio de Trasportes y eje clave del caso que lleva su nombre, acerca de las mordidas en construcciones públicas. "Cuando se conozca el informe daré una rueda de prensa para dar explicaciones", decía Cerdán antes de que se destapara el secreto de sumario del informe. Aquella comparecencia nunca se dio y el pasado jueves presentó su renuncia a todos los cargos. Tres de los cuatro integrantes del Peugeot han terminado fuera del partido y acusados de corrupción.
El informe de la UCO ha situado a Cerdán como presunto gestor de las comisiones de contrataciones públicas entre los que Koldo y Ábalos sacaban tajada —de nuevo, presuntamente—. El futuro de las consecuencias que puede suponer es incierto, pero lo que no hay duda es que todas las luces apuntan a que tres de los cuatro estaban implicados. No obstante, nada de lo que aparece en el informe elaborado por la Guardia Civil parece señalar ni involucrar a Sánchez que ha pedido perdón y anunciado una auditoria. Lejos queda aquel Peugeot, tan sólo queda incertidumbre en un asfalto en el que nadie puede vaticinar cuánto sobrevivirá el Gobierno.