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Steve Witkoff, el magnate reconvertido en el 'hombre de Trump' para "solucionar" las guerras en Ucrania y Gaza

Steve Witkoff, el magnate reconvertido en el 'hombre de Trump' para "solucionar" las guerras en Ucrania y Gaza

La figura de este inversor inmobiliario, íntimo del presidente y hoy referente de la diplomacia de EEUU, no deja de crecer por su influencia en los grandes asuntos de la política mundial. Su último movimiento es una propuesta de alto el fuego a punto de materializarse.

Steve Witkoff, en una imagen que podría estar sacada de la cabecera de 'El Ala Oeste de la Casa Blanca'Bloomberg via Getty Images

Ser nombrado "enviado especial" de Donald Trump a cualesquiera que sean las misiones encomendadas parece del todo incompatible con tener un perfil propio. Especialmente cuando tus cometidos son Oriente Medio, Rusia y Ucrania, hoy por hoy los grandes foros de la geopolítica mundial y de la acción de gobierno del propio Trump.

Para su frustración, el todopoderoso mandatario aún no tiene reconocido el don de la ubicuidad. Su sombra alcanza todo, no así su presencia y allí donde no llega él sí lo hace 'su hombre', algo más terrenal, igualmente millonario y del todo relevante. Se trata de Steve Witkoff, que vuelve al primer plano tras su propuesta de alto el fuego en una Gaza devastada.

Ciertamente, el nombre de Steve(n) Charles Witkoff no deja de sonar entre reuniones, fotografías y mensajes. Una omnipresencia que contrasta con la sorpresa que causó que Trump le confiase su 'corresponsalía' diplomática en capitales como Moscú, Tel Aviv o Kiev sin ser diplomático.

Nacido en Nueva York en 1957 y de origen judío, a sus 68 años opera como "enviado especial a Oriente Medio", una función de por sí titánica a la que le han sumado la recurrente presencia en la corte de Vladimir Putin y en las mesas de negociación con Moscú hacia una solución en Ucrania.

Acaudalado inversor inmobiliario y abogado de carrera siempre ligado al 'ladrillo', Witkoff está casado con Lauren Jill Rappoport, con quien tuvo tres hijos, uno de los cuales, Andrew, murió por sobredosis en 2011, con apenas 22 años. 

Siendo una figura muy relevante en el mundo empresarial estadounidense, aceptó trabajar para la Administración Trump en los tiempos del entonces 45º presidente de EEUU. Fue con un papel secundario como parte de los Great American Economic Revival Industry Groups, unos grupos de trabajo para hacer frente a las consecuencias económicas y de todo tipo del coronavirus. Cinco años más tarde, su papel es radicalmente distinto.... aunque siga habiendo mucho dinero en juego.

Aún con la 'resaca' de su amplia victoria en las presidenciales, Trump adelantó en noviembre el fichaje de Witkoff para la causa diplomática en una región tan crítica como Oriente Medio, que conocía especialmente bien por sus negocios. Un reconocimiento a sus labores previas, a su peso creciente dentro del aparato republicano entre donaciones y a la cercanía personal entre ambos de muchos años atrás. 

Da la prueba el hecho de que el 15 de septiembre, cuando el ahora presidente sufrió un nuevo intento de asesinato mientras jugaba al golf lo hacía en compañía de Steve Witkoff, un amigo que por entonces no generaba ningún ruido mediático y que ha acabado siendo fundamental.

Donald Trump saluda formalmente a su amigo y enviado especial Steve Witkoff en el Despacho OvalJIM WATSON vía getty images

Antes incluso de su nombramiento, Witkoff participó en las negociaciones por el alto el fuego en Gaza en enero de 2025, una tregua cuyo mérito se disputaron los gobiernos saliente de Biden y electo de Trump. Allí pudo poner en práctica lo que sus años de negocios inmobiliarios y el Derecho moldearon en él, un carácter negociador duro, directo. Bajo su liderazgo, la tercera tregua en Gaza está a punto de hacerse realidad

Puro trumpismo, vaya, en las formas y el fondo. Un perfil ideal para convertirlo en el particular 'enviado' a verse con Vladimir Putin en todos estos meses de constante foco en la guerra de Ucrania. Sin concretarse aún un cara a cara entre los presidentes de EEUU y Rusia, ha sido el diplomático de 68 años quien ha dado el paso de ir al Kremlin. Ya son cuatro los encuentros, siempre "cordiales" y "utiles" en palabras de ambas delegaciones. 

Sin esconder, ni de palabra ni en sus gestos ante él, cierta cercanía a Putin, de quien llegó a afirmar que "me cae bien" y es "un gran tipo", se ha mostrado mucho más beligerante para con Ucrania y Volodimir Zelenski. En una entrevista de Tucker Carlson llegaría a legitimar las anexiones ilegales por parte de Moscú de regiones ucranianas. 

Espacio Eco
Un proyecto de Espacio Eco

Un discurso en la línea del 'jefe', como lo son sus constantes llamadas a la "paz" allá donde se mueve y las más recientes advertencias a Irán, el otro gran frente, aún a medio desarrollar, de un nuevo peso pesado del trumpismo 2.0.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es