Un tranquilo paseo matutino se convirtió en una experiencia digna de ciencia ficción para un ciudadano lituano que, mientras paseaba a su perro en las afueras de Vilna, capital del país, se topó con lo que parecía una cápsula espacial soviética caída del cielo. En los árboles, colaba un paracaídas. El hallazgo generó una ola de alarma e incredulidad.

Los reportes locales afirman que el hombre notó una estructura metálica en el suelo, aparentemente intacta, con símbolos de la antigua Unión Soviética visibles en su superficie. La cápsula, de apariencia desgastada y con detalles realistas, parecía haber aterrizado recientemente. No había rastro de personas alrededor, lo que incrementó el misterio.

Intrigado y preocupado, el transeúnte avisó de inmediato a la policía y contactó a los servicios especiales, que se desplazaron a la zona para acordonarla temporalmente mientras se investigaba el objeto.

Sin embargo, el enigma no tardó en resolverser y resultó que la cápsula no era real, sino que pertenecía a un decorado cinematográfico aún sin utilizar, puesto en el lugar para realizar un rodaje. La cápsula ficticia había sido instalada sin señalización visible ni personal de seguridad en el perímetro, lo que provocó la confusión inicial. 

La producción, al parecer, aún no había comenzado oficialmente a rodar en el lugar, lo que explica la ausencia de señalización y equipo técnico en el momento del hallazgo. Tras el incidente, los organizadores del rodaje se movilizaron rápidamente para cubrir la cápsula con una lona y desplegar vigilancia en el set, con el fin de evitar nuevos malentendidos.