Patricia Ramírez, madre de Gabriel Cruz, el niño de ocho años asesinado en 2018 en Níjar (Almería), ha difundido una emotiva carta con motivo de lo que hubiera sido el 16º cumpleaños de su hijo. En el escrito, la madre lamenta profundamente que Ana Julia Quezada, la mujer condenada por el asesinato de Gabriel, siga "haciendo daño" incluso desde prisión, obteniendo "beneficios derivados de la fama" que le ha otorgado el crimen.

El mensaje, titulado 'Un nuevo escenario: en memoria de Gabriel Cruz Ramírez', empieza con la pregunta "¿Cómo felicitarte, nano?" y reconoce la "angustia" y el "desgarro" que le acompañan siete años después de la muerte de su hijo. "Mi Gabriel cumple 16 años", escribe antes de admitir que desconoce "cómo se hace sin volver a aumentar el llanto".

En la misiva, Ramírez critica duramente la falta de valoración de la vida de su hijo y cómo, a su juicio, el sistema judicial parece "complacer" a la asesina de Gabriel, Ana Julia Quezada. "Parece que campa a sus anchas y aún sigue sin arrepentirse", afirma la madre, quien recuerda que los manuales de criminología describen a Quezada como una "psicópata" carente de empatía, "violenta e impulsiva".

Patricia denuncia que, al amparo de quienes nunca conocieron ni amaron a su hijo, la condenada sigue recibiendo un trato que le permite continuar "haciendo daño" incluso dentro del penal. Este reproche se convierte en un llamado a la reflexión: "¿Qué pensarán tus compañeros de clase, tus profes y todos aquellos que te amamos y nos creímos el cuento de que la bruja no haría daño nunca a nadie más?", se pregunta Patricia, apelando a la comunidad que acompañó la búsqueda del niño en 2018.

Frustración y demanda de un "nuevo escenario" que dignifique a Gabriel

Patricia también expresa su frustración por tener que "salir públicamente a pararla", en referencia a las presuntas amenazas de Quezada hacia ella. A pesar de haber sido condenada por el asesinato de Gabriel, la madre denuncia que los responsables de su encarcelamiento parecen consentir sus "caprichos y amenazas".

En este contexto, Patricia pide un "nuevo escenario" en el que el nombre y la imagen de Quezada "no aparezcan jamás junto a la sonrisa" de su hijo. "Un escenario que te respete y dignifique, protegiendo la vida y el bien contra el mal y la muerte", escribe en su carta, reclamando que se le niegue a la asesina cualquier tipo de beneficio mediático o económico derivado del asesinato de Gabriel.

Al final de su carta, Patricia expresa su deseo de ofrecerle a Gabriel "el mejor regalo de cumpleaños", que no es otro que la alegría de estar viva, con su sonrisa como estandarte.

La reapertura de las diligencias

El escrito de Patricia Ramírez ha sido difundido pocos días después de que se conociera la reapertura de diligencias judiciales por presuntas amenazas de Ana Julia Quezada hacia ella. 

Estas amenazas, que la madre denunció públicamente el pasado 7 de mayo, fueron inicialmente archivadas, pero la declaración de una testigo que coincidió con la condenada en un centro penitenciario ha llevado a la juez instructora a reactivar el procedimiento. La testigo afirmó haber escuchado a Quezada decir que quería "matar" a la madre de Gabriel.

Aunque las diligencias aún no tienen fecha de juicio, la denuncia de Patricia ha puesto de nuevo en evidencia las inquietudes de la familia Cruz sobre la falta de protección institucional. La madre de Gabriel calificó de "total falta de protección institucional" la respuesta recibida por las autoridades ante las amenazas de Quezada.

El crimen de Gabriel Cruz

Gabriel Cruz desapareció el 27 de febrero de 2018 cuando se dirigía desde la casa de su abuela hasta la de unos primos en Níjar (Almería). Doce días después, la Guardia Civil detuvo a Ana Julia Quezada, quien entonces era la pareja sentimental del padre de Gabriel, tras descubrir que la mujer había trasladado el cadáver del niño en el maletero de su coche. La autopsia determinó que Gabriel murió por asfixia.

En 2019, la Audiencia de Almería impuso a Quezada la pena de prisión permanente revisable por asesinato, con especial énfasis en la crueldad del crimen y el sufrimiento infligido a la familia. La sentencia fue ratificada por el Tribunal Supremo. Actualmente, Quezada cumple condena en la prisión de Brieva (Ávila).