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El experto Karl Fagerström desvela el método con el que Suecia rebaja drásticamente los niveles de tabaquismo y lanza un mensaje a España

El experto Karl Fagerström desvela el método con el que Suecia rebaja drásticamente los niveles de tabaquismo y lanza un mensaje a España

El reputado doctor en psicología clínica, Karl Fagerström expone cuáles cree que serán las consecuencias de introducir en España bolsas de nicotina de 0,99 mg, a diferencia de lo que se hace en el país nórdico, donde las dosis son mayores: "Serán una puerta de entrada para los menores".

El experto en psicología clínica Karl FagerströmEuropa Press

Combatir el tabaquismo se ha convertido en una de las grandes batallas que librar en este siglo por los gobiernos de todo el mundo. Su enorme adicción, sus efectos nocivos y la cantidad de muertes asociadas por su consumo han hecho que este asunto se convierta en uno de los temas centrales a abordar por parte de los ministerios de Sanidad y Ejecutivos de numerosos países.

El mayor ejemplo en esta lucha lo encontramos en Suecia, donde menos de un 5% de la población es fumadora de cigarrillos de combustión (tradicionales), ya sea los comúnmente conocidos como 'industriales' o de liar. Este logro no ha sido una tarea fácil para el país, ya que responde a una ardua labor en la que las alternativas de reducción del daño han sido claves en el proceso. 

Recientemente, El Huffpost pudo viajar a Suecia para ver de cerca esta realidad y comprobar cuál ha sido la hoja de ruta que ha llevado al país nórdico a este éxito, y quién mejor para explicar este fenómeno imparable que Karl Fagerström (78 años), reputado psicólogo clínico y experto en tabaquismo desde hace décadas. El experimentado doctor, una de las voces más autorizadas en el mundo del tabaquismo, explicó cuáles han sido los pasos a seguir para lograr este hito histórico e instó a todos los gobiernos a abrirse a implementar en sus países muchas de las medidas, que pasan principalmente por la introducción de las alternativas de reducción de daños.

En primer lugar y para comprender el éxito del caso sueco en esta materia, hay que fijarse en cuáles son las principales alternativas que se utilizan en el país, donde principalmente triunfan dos productos por encima del resto: el snus, prohibido en toda la Unión Europea salvo en Suecia; se trata de un producto de tabaco de uso oral que se coloca entre el labio y la encía; y las bolsas de nicotina -no contiene tabaco-, que entraron en circulación a principios de los 2000, y estas sí están permitidas en España.

Según el psicólogo clínico, cuyo apellido lleva el nombre del famoso test para medir la adicción de los fumadores, se enorgullece de que su país haya sido el primero en reducir su tasa de fumadores al mínimo. "Suecia se ha convertido en el punto clave porque no solo tenemos la menor mortalidad y enfermedad atribuible al tabaco entre los hombres en Europa, sino que también hemos alcanzado una tasa de tabaquismo del 4.9%, considerado por la OMS como un país libre de humo", y afirma que  "en unos meses probablemente tendremos datos actualizados que muestren que esta tendencia se está acelerando".

"Hace medio año, el gobierno sueco por primera vez habló de la relación entre el riesgo y la enfermedad, defendiendo la reducción de riesgo. Pero no solo hablaron, también aumentaron el impuesto sobre los cigarrillos en un 10%, mientras que bajaron el impuesto al snus un 20%", argumenta. Por su parte, "sobre las bolsas de nicotina, apenas hay impuestos, por lo que tenemos un sistema fiscal alineado con el perfil de daño", sostiene.

Prohibición 'de facto' de las bolsas de nicotina en España

Sin embargo, la introducción de las bolsas de nicotina no parecen resultar del agrado de algunos gobiernos, como ocurre con el de España. Y es que, actualmente, el Ministerio de Sanidad español pretende instaurar mediante Real Decreto, que las bolsas de nicotina que se comercialicen en nuestro país tengan como máximo 0,99 mg de nicotina por bolsa. Esto significa una prohibición 'de facto' para el doctor sueco, ya que se trata de una dosis excesivamente baja para un fumador habitual, por lo que en ningún caso le va a saciar ni le va a animar a dejar el cigarrillo tradicional. De hecho, sostiene que lo más apropiado sería introducir las bolsas con dosis más altas, ya que una persona no fumadora "no lo aguantaría, le provocaría vómitos y mareos" y le alejaría de estos productos.

"Si pudiera aconsejar a las autoridades españolas les diría que miren el sistema de regulación estricta que tenemos para el alcohol -solo puede obtenerse en determinados locales y muy caros-. Queremos proteger a los jóvenes del 'alcohol fuerte' y queremos que el alcohol fuerte se use poco o nada porque hay una diferencia en términos de la psico-toxicidad. Con el alcohol, uno se emborracha y puede ponerse agresivo, etc. pero con la cafeína y la nicotina, no hay psico-toxicidad; por eso, el alcohol tiene continuo de daño", afirma. 

Y se pregunta por qué no usar el mismo enfoque con los productos de tabaco y nicotina. En este sentido, señala que está "muy preocupado". "Permitir un producto con 0,99 mg de nicotina es un producto estúpido -en Suecia se venden de entre 3mg y 16mg- porque tiene muy poca nicotina para que un fumador pueda satisfacer su necesidad y dejar de fumar. Y en cambio, es exactamente la dosis que a un adolescente ingenuo le puede atraer", explica.

  Bolsas de nicotinaPMI

En este sentido, asegura que "si a España llegan bolsas de nicotina con 0.99 mg de nicotina, esa es una dosis que no ayudará en nada a un fumador. Es demasiado baja. Para una niña de 13-14 años, con un sistema nervioso ingenuo, sin tolerancia, sensible a la nicotina, será una droga de entrada perfecta".

Así, el doctor señala que "esta dosis no será satisfactoria con el tiempo, por lo que buscarán algo con una dosis mayor", y se pregunta, "si no hay bolsas de nicotina, ¿qué hay entonces? Cigarrillos". Y dio algunos datos respecto al número de muertes de fumadores españoles.

"En muchos países se dice que las bolsas y el snus están prohibidos. Pero, ¿por qué aceptamos los cigarrillos, que son así de dañinos, y prohibimos el snus, que es menos dañino?", y explica que, "según datos de la Organización Mundial de la Salud, hemos calculado que, si los hombres españoles hubieran tenido los mismos hábitos de consumo de tabaco (oral) que los suecos, habría 29.000 muertes menos cada año entre los hombres españoles".

"No quiero ver estanterías con 20 sabores distintos: chocolate, mango, frambuesa... Me envía señales contradictorias"
Doctor en psicología clínica, Karl Fagerström

"Si ponemos el riesgo del cigarrillo en 200, el del snus podría ser del 5, y el de las nuevas bolsas de nicotina sería igual que el de los productos de sustitución de nicotina: uno y algo. Esa es la diferencia de riesgo", afirma. Por otro lado, señala que "también se dice que los adolescentes que comienzan a usar nicotina, por ejemplo, en bolsas de nicotina pueden ver afectado su desarrollo cerebral. Hay investigaciones con animales y altas dosis, pero esto no se ha demostrado en humanos", concluye.

Al ser preguntado por qué es lo que le diría a la ministra de Sanidad española, Mónica García, el doctor Fagerström lo tiene claro: "Que regule todos los productos con nicotina como el alcohol y  acepte que habrá algo de consumo de nicotina. Porque si no lo aceptan, habrá mercado negro, con productos posiblemente más dañinos que los regulados". 

Espacio Eco
Un proyecto de Espacio Eco

Finalmente, y ante otra de las problemáticas como suelen ser los saborizantes en los productos tabaqueros, el Dr. Fagerström se muestra crítico con esta situación, aunque lo compara con los productos médicos: "No quiero ver estanterías con 20 sabores distintos: chocolate, mango, frambuesa... Eso me envía señales muy contradictorias. Pero, por otro lado, he trabajado con productos de reemplazo de nicotina y medicamentos, y necesitan la aprobación de las autoridades médicas y estos tienen sabores. Creo que los nuevos productos deben tener algunos sabores para que sean atractivos para los fumadores a ellos".