Dos jóvenes de 16 años descubrieron en una mina de Koyadu (Sierra Leona) un diamante con un valor millonario. Todo se remonta a hace unos meses, cuando ambos, trabajadores de un mina, se toparon de lleno con un diamante que bien podría haberles resuelto la vida tanto a ellos como a sus futuras generaciones. 

Nada más encontrarlo y hacerlo saber a sus superiores, el diamante terminó en Nueva York, donde fue sometido a subasta, en la cual se vendió por un total de 6,53 millones de dólares. El comprador era un joyero multimillonario, Laurence Graff.

Como reconocimiento y recompensa por haberlo encontrado, los jóvenes esperaban una suculenta suma económica que les resolviera la vida, pero por desgracia para ellos, no fue así. Komba Johnbull y Andrew Saffea, los dos 'elegidos', se quedaron con la miel en los labios.

Y es que, el responsable de enviar el diamante al gobierno, que a su vez lo entregó a EEUU, fue el pastor Momoh, dueño de la mina. Y según trascendió a los medios internacionales, el acuerdo establecido aseguró un reparto de las ganancias, pero muy inferior a lo que deberían: apenas 67.000 euros para cada uno de los jóvenes. Si bien, es cierto que se trata de un montante considerable en un país donde el salario medio diario es de 5 dólares, no deja de ser una injusticia.

Sin embargo, ambos aceptaron el trato de buena gana porque 'más vale pájaro en mano que cientos volando'. Así, Komba pudo comprarse una casa en Freetown, la capital del país, mientras que Saffea, que pretendía irse a Canadá a estudiar, tuvo que conformarse con trabajar en un establo en otro país. 

Por su parte, Momoh también ha mejorado su posición económica tras el hallazgo en su mina. Además, ha construido un colegio en su localidad y ha donado parte del dinero a la comunidad local.