Se va a Japón con su Fiat de hace 27 años: "He cruzado dos continentes pero no puedo entrar en Barcelona con él”
El creador de contenidos Fabio Belnome, más conocido por su alter ego en redes, Volata di Peluca, acumula millones de seguidores documentando su aventura.

Ha recorrido más de 25.000 kilómetros en un Fiat Marea del 98, ha atravesado 36 países, lo han retenido en la frontera rusa por llevar antihistamínicos y ha conseguido enganchar a medio mundo con sus aventuras, que publica en las redes sociales. Fabio Belnome, más conocido por su alter ego virtual, Volata di Peluca, se ha echado a la carretera para llegar a Japón desde la capital catalana, con un coche que no puede circular por el centro de su propia ciudad. “Mi coche no puede entrar en Barcelona”, lamenta en una entrevista que ha concedido al programa Els Teloners del Versió RAC1, en la radio pública catalana.
Con más de 2,3 millones de seguidores en redes sociales, Belnome ha convertido su viaje en todo un fenómeno viral. Lo que comenzó como un reto personal con un presupuesto mínimo, pero que ha acabado por convertirse en la crónica sobre movilidad, restricciones medioambientales y contradicciones urbanas que es ahora mismo: “Cuando tienes 900 euros, el coche te escoge a ti”, dice sobre el Fiat Marea que pudo comprarse a ese precio.
Desde que el 16 de marzo salió de la Ciudad Condal, el Fiat Marea ha aguantado de todo: temperaturas extremas, carreteras infernales y culturas que no tienen nada que ver entre sí. “En Asia Central son muy agresivos conduciendo, pero bueno, en Barcelona un viernes a las tres de la tarde se conduce igual que en Bishkek”, bromea. Ahora está en Seúl, Corea del Sur, y en breve pondrá rumbo a Japón, donde espera pasar 20 días hasta emprender su siguiente etapa: "No morirá en Tokio, lo meteré en un barco y veremos donde acaba".
Gasolina barata y sustos en aduanas
Entre las anécdotas más surrealistas del viaje está la que vivió al entrar en Rusia. Las autoridades lo retuvieron durante nueve horas al encontrarle cuatro pastillas contra la alergia. “Me hicieron la típica foto que hacen cuando pillan a los narcos”, cuenta entre risas. Un episodio que resume a la perfección el tono de su aventura: improvisación, sorpresas y bastante sentido del humor.
El viaje también le ha servido para comparar realidades tan dispares como los precios de la gasolina. “Aún no he calculado el total, pero en sitios como Irán llenar el depósito de 60 litros me costaba dos euros”, explica. Y cuando le preguntan por los peajes, lo tiene claro: “Francia nos gana en peajes, el dineral que cuestan allí es impresionante”.
Todo esto con un coche que, a pesar de su resistencia y sus 27 años de vida, no cumple con los requisitos para obtener la etiqueta ambiental que le permitiría circular por la Zona de Bajas Emisiones de Barcelona. Un contraste que no ha pasado desapercibido: ha recorrido medio planeta sin mayores problemas mecánicos ni legales, pero podría ser multado por circular por su propia ciudad. “He cruzado dos continentes pero no puedo entrar en Barcelona con él”, resume.
Mientras el número de seguidores en su redes no dejan de crecer, Fabio ya piensa en su próxima etapa. No hay ruta fija ni destino cerrado. Solo una idea clara: seguir rodando.