Puerto Rico, con 3,2 millones de habitantes, tiene un incuestionable pasado en común con España, país del que formó parte hasta la invasión de Estados Unidos en 1898, aunque los puertorriqueños no fueron ciudadanos estadounidenses hasta 1917, e incluso ahora no pueden votar en las elecciones generales presidenciales.

España sigue presente en la isla de múltiples formas, pero la más evidente es el uso del español, que sigue siendo el idioma dominante, hablado por más del 95% de la población y es el idioma principal de la vida diaria, la educación y los negocios. 

De hecho, el movimiento político llamado Adelante Reunificacionistas, nacido en 2017, "está ganando impulso por el ambicioso plan de que Puerto Rico vuelva a ser parte de España" y se convierta en la comunidad autónoma número 18, según ha publicado el periódico británico Daily Express.

Según sus fundadores, cerca del 13% de la población puertorriqueña apoya la idea de reunificarse con España. Para ellos, no se trata de nostalgia, sino de un camino hacia un futuro más justo y próspero. "Puerto Rico nunca quiso separarse de España", asegura José Lara, presidente de la organización. 

El señor Lara cree que la isla se ha estancado en el progreso desde que se convirtió en territorio estadounidense y ha vivido más de un siglo "de subyugación" bajo una administración estadounidense que no les otorga plenos derechos ciudadanos.

"Queremos que Puerto Rico recupere el estatus que perdió al unirse a Estados Unidos", declaró. Según Lara, mantener el español como lengua principal y preservar las tradiciones culturales hispanas ha sido clave para que los lugareños crean que están mejor siendo parte de España, según ha remarcado el periódico británico.

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