EEUU sorprende a todos anunciando sus planes para la versión rusa de Eurovisión
De la Super Bowl al Intervision: el nuevo salto mortal en la política pop-cultural de Occidente.

La Guerra Fría tiene nuevo escenario y esta vez no se trata de una cumbre ni de una crisis nuclear, sino de algo mucho más serio: un festival de música. Y no cualquiera. Según ha adelantado la web finlandesa Ilta-Sanomat, que a su vez cita a la agencia rusa Tass, EEUU ha confirmado su participación en el Intervision, esa joya vintage de la era soviética que Moscú ha resucitado como bálsamo tras su expulsión de Eurovisión en 2022.
Sí, han leído bien. El país del country, del hip hop y de las boy bands ha decidido lanzarse de cabeza a competir en un festival de música que organiza el Kremlin. Y lo hace como si lo hubiera estado esperando desde los años 80, cuando todo esto era más de espías que de estribillos. Porque si a alguien le faltaba ya por entrar en este revival de estética telón de acero con luces LED, era al Tío Sam. Y ha dicho: hold my vodka.
La noticia ha dejado ojiplático a medio planeta. Aunque se sabía que a Rusia le estaba costando encontrar artistas dispuestos a cantar en una herramienta propagandística de Vladímir Putin (en mayo solo tenían un concursante confirmado), pero lo que nadie veía venir es que Washington se ofreciera voluntario para participar en esta versión musical de un Consejo de Seguridad de la ONU, aunque sin capacidad de veto.
La cita tiene fecha y sede: 20 de septiembre, en el Live Arena de Moscú. Se emitirá por la televisión, aunque no se ha especificado si la señal será en calidad HD o si, en cambio, se emitirá con interferencias geopolíticas. Estados Unidos aún no ha revelado quién pondrá voz al sueño americano en este festival ruso, pero el sonido del suspense ha empezado a ser más fuerte que cualquier balada balcánica. “Los nombres de los participantes se anunciarán más adelante”, ha señalado una fuente anónima de la organización a Tass, esa agencia tan independiente como una conga en el desfile militar del Día de la Victoria.
Por ahora, Serbia ha confirmado su apuesta: el cantante Slobodan Trkulja y su banda Balkanopolis, que suenan a nombre de resort pero tienen más épica que una banda sonora de guerra fría. El ministro serbio Nenad Popovic no ha perdido ocasión de soltar lo suyo: “la cooperación entre países es importante”. Y no le falta razón, sobre todo cuando se coopera en poner en escena una gala con menos diversidad política que una rueda de prensa de Lavrov.
La historia del Intervision no es nueva, aunque sí bastante olvidada, como los VHS donde aún suena. Nació en plena Guerra Fría como respuesta comunista al Eurovisión capitalista y se celebró en dos tandas, entre 1965 y 1968 y luego entre 1977 y 1980. Finlandia llegó a ganarlo (sí, Finlandia) con Marion Rung cantando Where Is the Night, una pregunta que hoy sirve perfectamente para ubicar este regreso festivalero: ¿dónde está la noche? Porque esto huele más a déjà vu soviético que a modernidad euroasiática.
La idea de resucitarlo surgió en 2022, después de que Rusia fuera excluida de Eurovisión tras la invasión de Ucrania. Porque si te echan de una fiesta, lo lógico es montarte la tuya aunque vengan pocos invitados. Y si los vecinos no quieren, pues se invita al primo lejano.
Lo que sigue siendo un misterio es cómo se justificará esta alianza en los platós de Fox News o en los pasillos del Congreso. Pero si algo ha demostrado la política internacional es que la coherencia está sobrevalorada, y que cuando se trata de montar el numerito, a todos les gusta el show. Con o sin puntuaciones del jurado.