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Adiós a las abejas: un estudio alerta de 29 sustancias tóxicas que ponen los insectos en peligro en España

Adiós a las abejas: un estudio alerta de 29 sustancias tóxicas que ponen los insectos en peligro en España

Especialmente alarmantes fueron los niveles de endrina (hasta 218,57 µg/kg) y clorfenvinfos, ambos prohibidos por la legislación europea.

AbejaGetty Images

Según el estudio “Residuos de plaguicidas en cera de abejas del oeste de España: riesgo toxicológico para la salud de las abejas y la productividad apícola”, la cera de abejas de diversos colmenares de Extremadura contiene una preocupante mezcla de residuos de pesticidas, incluidas sustancias altamente tóxicas y prohibidas. En concreto, se identificaron 29 compuestos distintos, entre ellos 18 insecticidas, 7 fungicidas y 4 herbicidas. Especialmente alarmantes fueron los niveles de endrina (hasta 218,57 µg/kg) y clorfenvinfos, ambos prohibidos por la legislación europea.

El análisis, basado en muestras de 25 colmenas repartidas por cinco zonas clave de la región, muestra cómo estos residuos no solo proceden de la actividad agrícola, sino también del uso apícola de acaricidas como el tau-fluvalinato, detectado en el 100% de las muestras. Según el estudio, las abejas están expuestas a estos químicos tanto por contacto como por ingestión, lo que pone en riesgo su salud y la productividad de las colmenas.

El trabajo también detectó hasta 16 sustancias en la cera de base comercial utilizada por los apicultores para iniciar los panales. Estas ceras, en teoría más controladas, resultaron ser una fuente importante de contaminación inicial, con compuestos como la acrinatrina y el acefato presentes en concentraciones significativas. Esta situación revela un problema estructural: la cera, aunque no se consuma directamente, actúa como reservorio de pesticidas lipofílicos que terminan afectando a miel, polen y abejas.

Las diferencias geográficas también resultaron significativas. Las zonas con agricultura intensiva, como La Serena y Vegas Altas del Guadiana, mostraron mayor variedad de residuos, mientras que áreas como Sierra de Gata, con prácticas más extensivas, presentaron niveles mucho más bajos. El apiario experimental de la Facultad de Veterinaria, por ejemplo, apenas registró trazas de tau-fluvalinato al usar cera de base menos contaminada.

Como posibles soluciones, el estudio propone mejorar el control de calidad de la cera comercial, establecer sistemas de alerta temprana y reforzar la investigación sobre los efectos crónicos de estas sustancias. Además, subraya la importancia de evaluar el impacto de la exposición prolongada, especialmente en larvas y abejas jóvenes, cuyas funciones dentro de la colonia son vitales. Según los autores, es necesario redefinir el manejo apícola para reducir la carga química y proteger la viabilidad de este sector clave para el medio rural y la biodiversidad.