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El propietario de un restaurante está harto de la mala conducta de los clientes e introduce multas por comportamiento inapropiado

El propietario de un restaurante está harto de la mala conducta de los clientes e introduce multas por comportamiento inapropiado

Cada vez hay más restaurantes que se quejan de que algunos clientes cruzan la línea del respeto.

Comedor de un restaurante lleno de genteRene Mansi

“Esto no es un parque infantil, es un restaurante.” Así de claro lo expresa Olivier Vincent, cocinero y propietario del bistró L’îlot, en Amboise, una pequeña localidad francesa. Su local, con solo veinte plazas, se ha hecho viral tras implantar una norma muy directa: si alguien acude con más o menos personas de las que indicó al hacer la reserva, deberá pagar 15 euros por cada uno que falte o sobre.

Vincent explica que no se trata de un caso aislado, sino de un problema recurrente. Cambios de última hora, anulaciones o directamente no presentarse. Según cuenta, cada semana se enfrenta a situaciones que complican la organización del servicio y generan pérdidas. La gota que colmó el vaso fue una clienta que, tras más de diez correos para ajustar su reserva, terminó acudiendo con dos personas menos. No pidió disculpas.

Molesto por lo ocurrido, publicó un mensaje en su página de Facebook: “Si no venís con el número de personas que habéis reservado, cuesta 15 euros por cada una de más o de menos. Punto.” El objetivo, dice, es simple: que la gente asuma responsabilidad. “No pagamos a los proveedores con billetes del Monopoly. Mi restaurante es una empresa.”

El anuncio ha desatado reacciones encontradas. Entre las críticas, algunas preguntas: “¿Qué pasa si mi hijo tiene fiebre? ¿También tengo que pagar?” o “Un tío de guardia, ¿no puede cancelar a última hora?” También hubo advertencias: “Así se pierde clientela y se daña la reputación.” Pero tampoco han faltado los apoyos. “Respeto, monsieur. Si reservas, puedes llamar. Tardas dos minutos”, escribió un usuario. Otro añadió: “Los cocineros no son adivinos. Tienen que planificar, comprar y preparar.”

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L’îlot está bien valorado en Google, donde los clientes destacan su cocina abierta y su ambiente cercano. Con una media de 4,7 estrellas, muchos subrayan la calidad de la comida y el trato directo, algo que Vincent parece querer proteger, incluso a costa de incomodar a quien no cumpla las normas más básicas.