El pueblo secreto a dos pasos de España donde los coleccionistas van en busca de un objeto único
La clave está en la cerámica.

Hay fanáticos para todo. Los hay de las series, de los sellos, de las cartas y por qué no, también de la cerámica. A pesar de su delicadeza, hay quien encuentra en las piezas elaboradas a partir de este material un objeto digno de colección.
En este sentido, hay un pueblo no muy lejos de España que, según el portal web francés Bora Beach, atrae a los aficionados a la porcelana por su fama de productor de este material y la cantidad de piezas que vende fabricadas con él.
Se trata de Moustiers-Sainte-Marie. El sitio web precisa que todo se lo deben a Pierre Clérissy. Este hombre llegó al pueblo hacia el siglo XVII y fue quien influyó hasta tal punto en el panorama cultural del sitio que sentó las bases de una tradición que ahora le debe su fama mundial.
Tanto él como su familia contribuyeron a que la loza de Moustiers alcanzara su momento de mayor apogeo. Sus motivos ornamentales, además, empezaron a crecer a partir del siglo siguiente. Ese azul cobalto tan característico fue de lo más identificativo.
A día de hoy, los artesanos más modernos integran algunos toques de las técnicas que heredaron de antaño. De esta manera, tanto los coleccionistas más puros se siguen sintiendo atraídos por el lugar, pero también se abren a la posibilidad de nuevos públicos.